Europa y la importancia de las materias primas

El continente se encuentra en una situación crítica, próximo a la recesión, tras el cierre del Nord Stream por parte de Rusia

Tras la actual situación de Europa y la inestabilidad mundial que ha provocado la guerra de Ucrania ya nadie duda de la importancia de las materias primas en la economía. Aunque se suele creer que es algo que no afecta tanto al día a día de los ciudadanos, cuando los precios del petróleo, la comida o los metales sube mucho, la población lo padece. Desde finales del año pasado, las materias primas han visto un incremento sustancial de sus precios, con cuotas que no se veían desde antes de la crisis de 2008, estas subidas han catapultado tanto las tasas de inflación general como sus indicadores subyacentes, los que no contemplan el coste de la energía y la alimentación.

La debilidad de cualquier economía está muy ligada a la caída de la demanda de bienes y servicios. Las materias primas son un termómetro fiable de este doble fenómeno coyuntural: Petróleo, trigo y cobre conforman la tríada de mayores deslizamientos de valor en los mercados internacionales desde junio de 2022, un síntoma de recesión. La caída del cobre, por otro lado, confirma que la parálisis de la actividad detectada por los indicadores de confianza y las expectativas de gasto de consumo e inversión empresarial ya está afectando a industrias necesarias para el funcionamiento de un país como la construcción o la automovilística.

A principios de agosto de 2022, el precio del Brent oil (ICV) está rozando los 100 $ el barril. Lo que supone un 25% que hace un año, esto afecta directamente al sector del transporte y de la logística, lo que encarece los precios de los productos en general, al costar más el moverlos de un lugar a otro. Según Goldman Sachs, no se espera que los precios bajen en el corto plazo.

Es este tipo de cosas las que muestran cómo determina a la economía y a las personas el que los precios de las commodities demuestran poca estabilidad. Cuanto más globalizada se vuelve una economía, más afecta a la población, lo que ocurre con los precios de este tipo de productos, y es que al igual que la variación del valor de las divisas o el precio de la energía, las materias primas afectan a todo el mercado. Sin embargo, tras el paso de los efectos de los conflictos geopolíticos en la economía, la relación oferta- demanda suelen volver a estabilizarse, y es que cuanto mayor calma haya geopolíticamente más fácil resulta que el mercado se desarrolle por su cuenta.

Actualmente, el problema de Europa es su dependencia energética de actores políticos incómodos como Rusia o las petro-dictaduras árabes. Incluso Estados Unidos se ha sentado en la mesa con Venezuela, país que hasta no hace mucho era uno de sus enemigos políticos más señalados, con tal de garantizar el que Europa reciba petróleo. Esta necesidad de materias primas lleva, a hacer extraños compañeros de cama, esto lo saben en las democracias occidentales, y es que si la guerra de Ucrania se prolonga mucho en el tiempo, los países europeos sufrirán, especialmente Alemania. Lo ideal sería que se llegará a un acuerdo pactado entre Kiev y Moscú en las próximas semanas, pero es altamente improbable que pacten la paz en un corto plazo, pues pese al avance ruso, parece que los ucranianos siguen resistiendo.

Publicado por Alejandro Bordoy

Graduado en Ciencias Políticas y Periodismo por la U. Abat Oliba CEU (UAO). Estudiante de Economía por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC). Nacido en 1998 en Barcelona, España.

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